domingo, noviembre 30, 2008

Señorita Habitación 1803:

Tras revisar mis actuales fondos de mi cuenta corriente, me he dado cuenta que esto de echar al olvido no es algo muy económico, lo del desamor ni se compara con la crisis del cobre o las bajas en los fondos mutuos, mutuos debieron haber sido mis gastos en esta crisis sentimental, pero en fin…un día cuando iba derechito a decirle lo que de verdad pensaba, me di cuenta que no tenia nada que ver con los que de verdad sentía, entonces mi arrebato de mujer fatal hasta ahí no mas quedo y tome la decisión de simplemente dar dos pasos atrás y dejar que la crisis del cobre y los fundos mutuos hicieran lo suyo con mis ahorro de toda una ….semana en realidad, tras la decisión tome la sartén por el mango y decidí atacar lo tres puntos clave para no volver a pisar el palito:

Cambio de teléfono, acabe con mi antiguo msn y tome clases yoga y aerobox.

Como todo lo que baja, algún día también tendrá que subir, hoy me encuentro nada mas y nada menos que en la habitación número 1803 del 18 piso de una apoteósico hotel en la capital, tras la llegada del nuevo gerente a la empresa y la salida de mi jefa, somos los medios campistas quienes esperamos el tal anhelado ascenso laboral, y aunque mis pensamientos trágicos predecían una derrota debido a que si era hombre quien dirigía la barca obvio que aparecería un suceso funesto, toda las evidencias indican que la estadía en este maravilloso hotel debido al curso de capacitación al cual me enviaron podrían hablar de que esta vez yo podría ser la elegida.

Al momento de mi llegada el botones abre la puerta del taxi, sonríe mientras toma mis cosas y me lleva a la recepción, el Sr. conserje toma mis datos y descubro que ambos son tan bien parecidos que si no fuera por que me las debo dar de señorita profesional les hubiera pedido el teléfono, a mi llegada una vista panorámica, un frigobar , wi five, y televisión digital, un pequeño oasis a mi vida. Abro las llaves de la tina, mientra recorro dos jabones perfectamente etiquetados, un shampoo miles de toallas, suena el teléfono….esa voz, es él, como si oliera mi desapego, parece inofensivo han pasado meses, corto el teléfono y pienso ¿ Ha que hora se almorzara en este hotel?